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    Cuando adquirimos una nueva planta en un vivero, floristería u otro tipo de comercio, debemos tener en cuenta que, por desgracia, no siempre los ejemplares a la venta están en las mejores condiciones. Esto puede provocar que al final la planta enferme o incluso muera, además del peligro que existe de introducir con ella plagas o enfermedades en nuestra casa, con riesgo de contagio para las demás plantas.
   En general, a la hora de comprar plantas debemos tener en cuenta:
  • Elegir aquella planta, que, dentro de nuestros gustos, se adapte más a las condiciones que va a tener en nuestra casa o jardín. Llevar una planta inadecuada para el lugar que le tenemos destinado sólo nos producirá disgustos y derroche de tiempo, trabajo y dinero.
  • Si no sabemos qué planta elegir debemos consultar al vendedor*, que nos aconsejará sobre la planta más adecuada para nuestros gustos y el lugar donde la vamos a poner.
  • Por ello es aconsejable acudir a establecimientos especializados (viveros, floristerías) antes que a otros más generales, pues además de tener precios más económicos, en estos últimos los empleados no suelen entender mucho.
 
*Por desgracia, los buenos profesionales no abundan en los comercios de plantas . No es extraño que en muchos establecimientos, incluso especializados, no tengan ni idea de las necesidades de las plantas que venden ... Eso se suele notar al preguntarles, pero no siempre, a veces nos aconsejarán auténticas barbaridades incluso convencidos de ello. Quizás si los clientes nos mostrásemos más exigentes, las cosas irían mejorando ...
 
 
 
Una vez que hemos elegido la especie, debemos examinar detenidamente las plantas disponibles en el comercio y tener en cuenta los siguientes puntos:
  • Externamente la planta debe estar sana. Miraremos con detenimiento las ramas, hojas (por el haz y el envés -arriba y abajo) y flores asegurándonos de que no tenga parásitos (pulgones, cochinillas, etc) ni enfermedades o esté dañada o tenga hojas amarillas o secas.
 Gardenia con clorosisHortensia con hongos en las hojas
 
  • La planta debe estar proporcionada: la parte aérea debe estar compensada con el tamaño de la maceta.
  • Levantaremos la maceta y observaremos los agujeros de drenaje: no deben salir raíces por ellos. Si salen raíces, especialmentre gruesas, o bien se ven cortadas, debemos desecharla.
 
 Raíces saliendo por los agujeros de drenajeÉsta sólo tiene una ...
 

  • Extraeremos el cepellón (conjunto de raíces y substrato) del contenedor o maceta. Para ello sujetaremos la planta con una mano alrededor de la base del tallo y golpearemos suavemente el borde de la maceta hacia abajo con la otra mano. Al retirar la maceta el cepellón no se debe deshacer. Si lo hiciera, es que esa planta tiene un mal sistema radicular o está recien trasplantada y debemos desecharla.
  • Las raíces deben ser abundantes, de color claro (lo que indica buena salud y crecimiento). Desecharemos toda planta con raíces muy oscuras o blandegues, signo de pudrición generalmente por encharcamiento.
 
 Cepellón con raíces sanas y desarrolladasCepellón con raíces enfermas
 

  • Si se trata de plantas de flor, debemos elegir aquella que presente muchos capullos sin abrir. Si la cogemos con casi todos los capullos ya abiertos, la floración nos durará poco en casa.
  • En general es preferible elegir plantas pequeñas. A parte de ser más económicas, se aclimatarán más fácilmente a las condiciones de nuestar casa que las plantas mayores.
  • Y no dudemos en preguntar al vendedor sobre las características y cuidados de la planta: ¡para eso está!. Además un buen profesional estará encantado de informarnos.
 
   En cuanto al transporte a casa, recordemos que las plantas son seres vivos. Esto es especialmente importante en verano: no es la primera planta que muere en el traslado a casa por dejarla un rato dentro del coche parado y al sol (se pueden alcanzar temperaturas superiores a 50ºC). Y también el frío puede afectar a las más sensibles, no en vano la mayoría de las plantas de interior son de origen tropical
   Por último recordemos que las plantas recién compradas no se deben trasplantar. Aparte de ser innecesario, pues suelen venir ya abonadas para unos meses, bastante stress les va a crear el traslado a casa para encima añadirles el que les produce un trasplante. Por lo tanto aclimataremos primero la planta a su nuevo emplazamiento y, al menos hasta 20 días después no la trasplantaremos, si es que deseamos hacerlo.

Fuente: Jardín Virtual de Kira